"Tengo 9 meses para conseguirlo", tengo claro que esas palabras no se me van a olvidar en mucho tiempo, con eso empezó todo.
De repente en mitad del pasillo estaba él, no se cómo, ni qué, ni porqué, pero me fijé en él. Tenía algo que me llamo la atención, no se si fue su chándal naranja fosforito o su mirada, pero lo que si sé, es que desde ese día todo cambió. Tenía nueve meses para que supiera de mi existencia, y la cuenta atrás empezaba.
Hay cosas que no se pueden explicar, no hay palabras para expresarlas, es complicado buscarle explicación a algo que no lo tiene.
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